Filo RC 81
Industriales D 5

El sábado 14 de diciembre, a las era convocado por el Míster D. Nacho Estrada (Borrul o Burrul, hay diferentes teorías) y con el apoyo siempre inestimable Delegado D. Luis Rascón (Spitti o algo parecido, también aquí hay controversias), el equipo D a uno de los partidos más esperados de la temporada, contra el Filo Getafe, en el campo de El Bercial.

En la convocatoria 16 jovenzuelos jugadores, cuya edad media y peso corporal (tal y como comentaba el gran comentarista Rafuto) es irrelevante, ya que hoy en día el D lo conforman jugadores jóvenes, guapos y con cuerpos atléticos y musculados.

Como jugadores convocados, los siguientes. En la primera línea, Carlos Fernandez Romero “Hulk”, Javier León Molleda “Javi Lion” y José Fernandez Calvo “Pepe Pili”. En la segunda línea Jesús Fernandez Zapata “Chucho el Apóstata” y Pedro Ruiz Obregón Perico Nicholson”, Pablo Fuster Cabestany “Paolo”, Eduardo Inés Rodriguez “Edu”, José María Salas Villar “Stonehand”. Como medios Ignacio Monter Lopez “Monterrey” y Alvaro Gonzalez-Posada Delgado “Prosti”. Centros Pablo Moreno Galán “Majorero” y Miguel Rodrigo Serrano “MMM”. Y para terminar, en el back three, Juan Rodrigo Marrero “Juanito”, Miguel Antonio Blanco Torres “Pinche Güey” e Fuster Aizpurua “Fusterín”. En el banquillo Ángel Alcaide Raya, no ya de utility pack o de utility back, sino de utility para todo. De animador Ignacio Torres Muro “Dientefano”. Lo importante no es la cantidad, es la calidad.

Como siempre disciplina, orden y puntualidad. Sin embargo, el contrario en este caso fue más disciplinado que nosotros. Tal es así que cuando no más de 9 jugadores de Indus esperaba al lado del vestuario la llegada del resto de nuestros compañeros con comentarios del tipo “Como no enciendan las luces no vamos a ver nada”, “A ver si llega el resto de los compañeros”, “Joder, qué frio hace”, “Cuántos estamos convocados”, “¿Vamos a venir todos?” y conversaciones análogas, conversaciones desarrolladas por nuestro equipo de psicólogos y encaminadas a iniciar de forma progresiva la concentración y mentalización en el partido y en ir analizando la táctica y estrategia a utilizar, cuando el equipo contrario salió al campo a calentar, pudiendo notar que su mentalización se había adelantado a la nuestra.

También pudimos comprobar que si bien nuestra edad, cuerpos atléticos y forma física era excelente, no lo era menos la del equipo contrincante, chavales de no más de 28.

Pero qué es esto para el D, nada, un reto más. Si a ellos les quedan ajustadas las camisetas, más nos quedan a nosotros, será por cuerpo y por quilos. ¿Qué equipos pueden presumir de tener una delantera con más peso que la nuestra? Y también en cuanto a los tres cuartos se refiere.

Tras ver al equipo contrario salir al campo a calentar y a cansarse, decidimos que había llegado el momento de entrar en el vestuario. Cuerpos como los nuestros no necesitan casi calentar.

Es más, con respecto al calentamiento antes del partido hay filosóficas conversaciones sobre la necesidad de calentar o no antes del partido. Sobre si es necesario hacerlo, y en caso de ser necesario cuál debe ser la duración del mismo. Y es cierto, todo está en la mente. Para que necesitamos calentar con una mente como la nuestra. Además, y tal cómo se ha comentado antes, una de las tácticas y estrategias que seguimos a rajatabla es la de calentar lo justo, de esta forma mantenemos nuestras energías intactas hasta el final del partido y, lo que es más importante, no enseñamos al contrario nuestra exquisita variedad de jugadas. ¡Quien quiera aprender que vaya a la Universidad! Y sobre todo, si ya de por si deslumbramos al equipo contrario por nuestro físico, tampoco es cuestión de deslumbrarles por nuestra exquisita técnica. Queremos jugar los partidos con fair play, no que el contrario salga desanimado desde el principio.

Con esos pensamientos entramos en el vestuario. Como he comentado, la actitud que mostramos antes de ir al vestuario tiene el único objetivo de irnos mentalizando de forma progresiva, además de servir de estratagema para que el contrario salga confiado al partido.

Tras vestirnos de corto pudimos comprobar lo que todos sabemos. Tenemos unos cuerpos perfectos, de escándalo. Las camisetas se adaptan perfectamente a nosotros, dejando ver unos fornidos cuerpos. Los pantalones estilizan nuestras largas y torneadas piernas.

Tras terminar de mentalizarnos en el vestuario con palabras del tipo “Pero, ¿seguro que van a llegar?”, “Mira que echarse una siesta y quedarse dormido”, “¿Cuánto tiempo queda?” repetidas a modo de mantra, 14 jugadores salimos a calentar y terminar de prepararnos tanto física como mentalmente para el partido. Calentamos, hacemos unas jugadas que dejan atónito al respetable y cuando pita el árbitro para empezar el partido, 14 jugadores nos preparamos para recibir de centro. Sí, he dicho 14 jugadores, no me he equivocado. Es importante comentar que es tan alto nuestro nivel físico y mental que alguno no necesita ni concentrarse, ni tan siquiera calentar. Llega de casa medio cambiado y tras terminar de cambiarse sale directamente sale al campo. Hay que destacar que a unos cuerpos atléticos como los nuestros pocas diferencias se pueden ver en el campo, tanto si nos mentalizamos y calentamos como si no.

Y ellos sacan, y nosotros recibimos. Sí, recibimos, primero un ensayo, luego otro y así hasta 14. Y porque los astros se conjugaron ese día y placamos y defendimos como unos cabrones, tanto los delanteros como los tres cuartos, aunque éstos no defendieran como propuso un delantero tras recibir el primer ensayo, defensa caliente. Si no nos hubieran dado la del pulpo. Pero no practicamos una defensa caliente no por no tener capacidad de llegar, en absoluto, si no lo hicimos fue más que nada por no dejar impresionados al contrario.

Sin embargo, el ensayo del partido y probablemente de la jornada, y no ya solo a nivel de nuestra división, sino al nivel del mundo mundial, fue el de Ignacio Fusterín. Tras disponer el contrario de una ventaja de adelantado cerca de nuestra línea de 22, uno de sus tres cuartos lanza una patada que se introduce en nuestra zona de marca, rompiéndose la ventaja. Ignacio, con su habitual habilidad y rapidez, tras hacer tocado, saca de 22, se recorre todo el campo, con tres patadas a seguir incluidas, y tras eludir a varios contrarios, mete un ensayazo. Satisfacción para el autor, para sus compañeros, y sobre todo para su padre. Alguno vio el ensayo desde el gallinero, aunque alguno estuvo apoyando a Ignacio, a cierta distancia, esos sí, hasta el final. Yo en mi caso decidí apoyar a Ignacio, apoyarle con todo mi corazón desde la línea de 22. Qué gran imagen. Hasta estuve un rato esperando que algún marcador repitiera la jugada.

Tras el descanso, Javi Lion es sustituido por Angel Alcaide. Cabe destacar del partido lo buen compañero que es Javi Lion. No sólo nos trae cervezas y hornazo al vestuario para recuperar fuerzas, sino que además se deja expulsar habiendo sido ya sustituido y estando en el banquillo para evitar que otro compañero reciba una tarjeta amarilla. ¡Qué grande eres Javi Lion!

Sin ningún otro aspecto digno de reseñar transcurrió el partido hasta que en el último minuto, en una melé, Carlos Hulk fue levantado, viéndose resentido su esbelto cuello. Gran susto en ese momento, por lo que decidimos que estando ya todo el pescado vendido no merecía la pena continuar jugando, pitando el árbitro el final del partido.

En ese momento gran comportamiento del equipo rival, ya que mientras se hacía el pasillo, atendieron a Carlos Hulk hasta que éste fue capaz de levantarse por sus propios medios, quedando inicialmente todo en un susto.

Después en el vestuario, hornazo, bebida y ducha acompañada de los cánticos dirigidos por Pepe Pili. Y como no, las fotos de rigor, en donde dejamos para la posteridad la imagen de nuestros fornidos cuerpos. Menos suerte tuvo Javi Lion, ya que en una foto no termina de salir bien retratado, y no por él, que va, sino por la postura de su compañero. De llegar a pasarme eso a mí, las pesadillas me durarían varias semanas.

Buen tercer tiempo con el que nos agasajó el Filo en el Bar El Bercial. Macarrones con tomate para aburrir (alguno se llevó a casa alguna ración para agasajar a su mujer, ya nos contará si durmió en su cama o en el sofá), un buen pan y unos ricos tercios de cerveza de Mahou (aquí que cada uno opine lo que quiera).

En definitiva, otro partido más en lo que lo importante es haber practicado algo de deporte y haber pasado un gran momento practicando el deporte que nos gusta con nuestros amigos. Qué más se puede pedir.