Industriales B 21
Rugby Mangas Verdes Alcalá 17
El pasado sábado 5 de octubre se daban cita en El Cantizal a las 18:30 dos equipos recién ascendidos a la categoría de la 1ª Regional de Madrid.
Para nosotros iba a ser el primero de los 9 partidos en los que tendremos que defender el fortín, este fortín que el año pasado se mantuvo inexpugnable durante toda la temporada y que en esta nueva andanza por una categoría más complicada sudaremos mucho para que así lo siga siendo.
Todo empezó bien, ambiente perfecto para una tarde de rugby. El primer equipo ganando, con más tensión de la que me hubiera gustado, su partido contra Jaén. Por si fuera poco, un sol radiante, la grada a rebosar de gente y el equipo mentalizado para resolver su primer partido como local.
Hasta aquí todo perfecto, pero poco a poco se fue torciendo la cosa.
Después del calentamiento, muy pesado por lo duro que golpeaba el sol en una calurosa tarde de octubre, y tras la charla de nuestro capitán en el vestuario haciendo hincapié en la empanada mental que teníamos la mayoría, salimos al campo a través del ya habitual pasillo de nuestros seguidores. Ante nosotros formaba un equipo a priori bastante más grande que nosotros, a sabiendas que si jugáramos nuestro rugby iban a tenerlo muy complicado para hacernos daño. Pero no fue así.
El árbitro dio comienzo al partido, y en los primeros minutos se pudo ver el rumbo que iba a tomar el juego durante todo el partido, ellos jugando sobre sus hombres más fuertes, intentando sacar ventaja con su peso, y nosotros intentando jugar rápido para moverles en defensa. El problema fue que la falta de concentración en defensa empezó a regalarle al equipo rival golpe tras golpe evitando que pudiéramos disfrutar de balones en casi toda la primera parte. Así, su zaguero les puso 0-6 en el minuto 10 de partido convirtiendo dos golpes centrados en mitad de nuestro campo.
Esto hizo que espabiláramos, y tras una buena jugada a la mano entre los centros, ensayara nuestra nueva incorporación al equipo Mael en una posición bastante centrada facilitando así la conversión del ensayo.
Pero fue un espejismo, el rumbo del partido no iba a cambiar y no pudimos evitar cometer los mismos errores, lo cual hizo crecer la moral del rival. Tanto se crecieron que nos consiguieron ensayar tras una serie de placajes fallados muy cerca de la touch subiendo así al marcador su primer ensayo del partido. Al final de la primera parte llegamos con el marcador de 7-14 y con un jugador expulsado por reiteración de golpes…
Durante el descanso el equipo se tranquilizó, nos sabíamos mejores y solo hacía falta orden y concentración para darle la vuelta al partido.
La segunda parte comenzó de otra manera, empezamos a tener más continuidad en ataque, haciendo las cosas fáciles y vinieron los resultados, dos buenos ensayos (Chino y Nico) en los primeros 15 minutos que nos permitían darle la vuelta al partido 21-14. A partir de aquí volvimos a las andadas, vuelta a rizar el rizo, a cometer golpes, a ser indisciplinados y a perder la concentración.
He de decir que al menos mantuvimos la intensidad en defensa, permitiendo al rival acercarse única y exclusivamente a nuestra zona de marca a través de los golpes de castigo que se seguían cometiendo, permitiéndoles conseguir así una transformación en el minuto 72 poniéndose a tiro de un ensayo para ganar el partido los últimos minutos de partido.
No fue así, conseguimos defender todas las jugadas y jugar de manera calmada cuando recuperábamos la pelota obligando al contrario a retroceder a su campo.
Cuando el árbitro pitó el final del partido una sensación agridulce nos recorrió el cuerpo, habíamos ganado, sí, pero hay veces que solo ganar no lo es todo. La sensación que te deja el saber que se podía haber hecho mejor y no se pudo, la sensación de que fuimos nosotros más culpables que el rival de nuestro mal resultado, la sensación de que si jugamos un partido como el del sábado no repetiremos la misma suerte.
Ahora lo único que queda es seguir trabajando para que esto no se vuelva a repetir.
Por Eduardo Lasanta