Complutense Cisneros V 34
Glorioso D de Industriales 34
Muchas bajas presentaba la convocatoria del Glorioso el sábado 12 de enero en Paraninfo, en el retonno a los campos tras el parón de diciembre: estragos navideños, menús descompensados, lesiones de todo tipo y compromisos familiares de la matiné del sábado nos privaron de la presencia de un buen número de habituales como Pernas, Duch, Chupao, Ignacio, Marcial, Prosti, Mr. Smith o Tomatito y algunos otros; como anesdota señalar que ninguno de los titulares de la línea del último partido repetía en la convocatoria.
Nos acompañaron de picnic o aperitivo en la grada algunos de nuestros habituales como AGM, Prosti, Hansito y Ana Mingo y otros no tan habituales, ya que gozamos de la compañía de Chema d´Errico, Chino Castañon, el Rubio, Antxon, Kike Gil, Jaime y algún otro industrial descarriado, además del apoyo de los muyayos del C que jugaban de seguido.
Abrazos y parabienes post navideños en el ritual pre partido en la relativa intimidad del vestuario, mientras verificamos el singular efecto que los turrones, mazapanes y resto de dulces y viandas habían tenido sobre nuestros cuerpos (divinos sí, pero más dionisiacos que apolíneos) en su siempre tensa relación con las equipaciones deportivas modernas. Para general sorpresa, los RR.MM no se han cortado a la hora de echar equis y eles al saco, por lo que a quien más y quien menos le han tocado 3 o 4 en las nuevas camisetas de Canterbury, aunque nunca llueve a gusto de todos.
Así, unos menos ceñidos pero más contentos y otros tan holgados como si fueran de prestado o heredasen del hermano mayor, se presentó nuestra escuadra como si no hubiera probado el turrón en todas las Navidades, integrada por Carlos Hulk, Javier Theodore Lion y PPpili en la primera línea; Chucho y Perico Jack Ruiz, de segundas; Paolo Fuster ©, Monter y Pepe Manodepiedra Salas como terceras; en los medios Dani Patanegra Mingo de melé y Miguel MMA Rodrigo de apertura, con Mivicen Mingo y Pablo Maura de centros, Juan Rodrigo y Gordillo de alas y José Luís Martín El Niño de Aranda de full back. En la grada al solecito, esperando su oportunidad Manolo Modi, Chema el hombre de Boston Guio y Guillermo Willy Dolla. Todos ellos sabiamente gestionados por Nacho Borrull y Luís Spity.
A ojo de buen cubero, el 15 titular arañaba las 10 arrobas y los 50 años de promedio y, en el otro rincón, el quinto equipo de Cisneros, convocatoria completa, con un promedio de edad de veintipocos, justos de peso y sin excesivo trapío pero muy móviles y con casta. Conociendo nuestro juego, parecía claro que la clave del partido estaba en evitar que el contrario tocase el balón.
No se sabe si ganamos el sorteo, pero empezamos recibiendo el saque y jugando como siempre: a la rotura cerquita, sea de delantera, con los centros o con los medios (que no es lo mismo aunque se parezca), táctica reforzada por la presencia de MMM a los mandos de la 3/4, avanzando y ganando metros de maul (mal defendidos por los chavales del Cisneros y bien pitados por el colegiado) hasta meternos de primeras en su zona de peligro, pero una pérdida de balón les dio una rápida posesión y en el minuto 6 nos metían su primer ensayo.
No nos desanimamos ni mucho ni poco: teníamos claro que éramos muy superiores en la melé (no consiguieron ganar ni una en todo el partido) y ganábamos muchos metros en los agrupamientos, jugando mucho tiempo en su campo, manteniendo nuestros saques de lateral fundamentalmente con Chucho y algún intento con Maura, mientras que nuestra defensa trabajaba bastante bien, con buenos placajes y presión, ocupando espacio, lo que provocó que los contrarios optaran por patear en bastantes ocasiones o forzábamos sus errores de manos.
En un toma y daca constante llegamos al descanso con tres ensayos del Cisneros por dos nuestros (Manodepiedra y Maura), tras sufrir la lesión de Gordillo a mitad del primer tiempo (parece que un tironcillo muscular, sustituido por Chema Guio), haciendo los otros dos cambios posibles (Willy por Jack y Manolo Modi por El Niño de Aranda), sin que nadie consiguiera ninguna transformación: ellos también tenían su Duch averiado, imagino.
La ausencia del infalible Duch provocó que varios diestros probaran suerte al pie: José Luís “Niño de Aranda”, Chucho “el del Castoreño” y el inefable Monter, intentaron la conversión, como si no hubiera un mañana; destacó el inefable que se pidió una transformación bajo palos que ejecutó -y falló- a lo Panenka, tirando flojito, suave y al poste izquierdo con el portero batido, estrellando la bola contra el palo. P´a verlo.
Pero no adelantemos acontecimientos: salimos con ganas renovadas tras el agua milagrosa del descanso y la correspondiente chala motivacional y continuamos con el intercambio de juego y puntos que se decantaba ligeramente a nuestro favor, ya que nada más reanudarse, Mivicen interceptaba un balón entre sus centros y se iba bajo palos ante la sorpresa de extraños y propios; diez minutos más tarde PPpili remataba una jugada de delantera asegurando con el cuarto ensayo el bonusofensivo, mientras que los colegiales alternaban sus ensayos (generalmente de rápidos contrataques a la carrera) con los nuestros y entrabamos en el último cuarto perdiendo de dos puntos 22-20.
Nuestro dominio en la melé nos aseguraba tener buenos balones para romper en el centro de su línea o contra lo que estuviera más cerca, de forma que en una de estas jugadas Dani Mingo redobló en apoyo un buen ataque en el que se dieron al menos tres pases dentro de su 22 que terminó en tremenda corbata sobre el banderín que el árbitro cobró con justicia como ensayo de castigo, poniéndonos 22-27 a falta de diez minutos; en la siguiente jugada, atacamos de delantera y el propio Dani se fue por el cerrado, llegando a su línea de 5 donde le sacaron fuera, cuando parecía (al menos a los que le animábamos desde lejos) que podía llegar al ensayo.
Todo parecía encarrilado y entonces fue cuando se nos cayeron los palos del proverbial sombrajo: en la touche, un rebote le cae en las manos a un chavalote moreno que acababa de salir de pilier que abjurando de su condición natural y como si del mismísimo hijo del viento se tratara se plantó en solitario bajo nuestros palos; y como las desgracias nunca vienen solas, en el saque de centro siguiente no presionamos bien su recepción, se nos fueron y nos colocaron otro ensayito de forma que pasamos en un plis-plas del 22-27 a un 34-27, a falta de dos o tres minutos.
Sacamos de nuevo de centro (lo que no nos suele favorecer, como decía el Capi Rafuto), pero en este último saque nuestra presión y sus manos hicieron un glorioso adelantado que nos dio la que podía ser la última posesión del partido: entramos a la melé como gorrino en montanera pastoreados por nuestro medio y avanzamos hacia su 22; enganchamos con un maul y un par de golpes que terminaron con nuestra delantera en su zona de marca, pero sin poder marcar; con el tiempo casi cumplido dispusimos de una última melé a 5 que remató Pepe Salas con su segundo ensayo. Y con eso nos poníamos 34-32, 2 abajo y el partido terminado a falta de patear la transformación.
Para el que no se acuerde, son tres o cuatro años los que llevamos metiendo seis o siete ensayos y perdiendo de uno o dos puntos estos partidos de Paraninfo con los chavalotes del Cisneros, desde aquel último mítico partido en el barro hasta el de “la décima” de Chucho, por lo que nos hacía ilusión lo de no perder otra vez. Además “Empate a 34” suena exótico para encabezar una crónica.
Lo fundamental era controlar a Monter… afortunadamente alguien se abrazó al interfecto cuando se dirigía a tomar el balón y fue Dani Patanegra Mingo, quien reclamó para sí la responsabilidad de patear y de empatar el encuentro. 34 a 34, mola.
Tras felicitarnos unos a otros por otro partido terminado, el pasillo, las fotos y saludos de rigor, nos fuimos para la ducha, el hornazo y los litros de Javi León, que supieron mucho más ricos tanto por el mes de espera, como por el buen partido que habíamos jugado, teniendo que lamentar el incremento de la nómina de cascados, engrosada por Gordillo y Modi a los que deseamos pronta recuperación como al resto de los heridos y contusos de partidos anteriores… ¡¡Acordaos de Aranda!!
El Tercer Tiempo a pie de campo, como mandan los cánones, resultó escaso de asistentes y de macarrones pero largo en minis de Mahou mientras veíamos al C derrotar brillantemente al cuarto equipo de Cisneros; y así echamos la tarde mientras hablábamos de lo divino y de lo humano, de los turrones de Alicante y de Jijona, del cordero y del cabrito… con un barril de cerveza cerquita, al sol invernal, en la grada de Paraninfo, como antaño… O tempora o mores.
Salud camaradas.
PPpili
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