“Me gusta el camino que estamos recorriendo. Sería bonito vernos en DHA jugando de cine, con una escuela de ensueño y abrazados en la amistad y en lo diferentes que somos“
¿Cómo empezaste en el rugby? ¿Qué te llamó la atención de este deporte?
Empecé a jugar en febrero de 1974; mis compadres comenzaron en septiembre del 73, en mi caso tuve que esperar a tener todo aprobado y eso llegó en febrero del 74.
Lo que me llamó la atención para acercarme a conocer el rugby fueron las personas que fueron a mi colegio -Los Escolapios de San Fernando en Moncloa-, allí se presentaron José Luis Ranz, José Antonio González “el Gallego” y Roberto Cocheteux, tres tipos grandes como castillos y con barbas revolucionarias para la época, hablando de un deporte de caballeros, de combate, algo relacionado con revolución, romanticismo y amistad sobre todas las cosas. Los trece años de un chaval soñador no necesitaron más, tampoco los 80 chavalillos que -de distintas edades entre los 13 y los 17 años- comenzamos ese sueño del equipo federado de Ingenieros Industriales.
¿Cuáles son las principales diferencias de ese rugby de los 80 -con ensayos de cuatro puntos, sin ascensor en las touches…- con el de ahora?
En cuanto al juego, las principales diferencias estaban en la dureza de la melés, esas entradas apoteósicas de las primeras líneas, los placajes a cualquier altura, el juego en el suelo, “todo lo que hay en el piso es pasto”,… Ahora el juego es más rápido, quizá menos competido en las puestas en juego del balón de melé y touche. Fuera del campo creo que ahora hay mucha menos relación entre los jugadores del mismo club y, sobre todo, de distintos clubes, pienso que son las cosas del cambio de generaciones y que el mundo se mueve con otras palancas.
El club cumple dentro de poco su 50º Aniversario; ¿cuáles son para ti los principales hitos de este medio siglo de historia?
He tenido la inmensa fortuna de estar casi desde su comienzo, me faltaron minutos para estar desde el minuto cero. Quizá lo que destacaría es que después de pasar varios momentos muy difíciles para la supervivencia, defendimos la posibilidad con la amistad y el respeto a lo diverso como pegamento que todo lo resiste, y estamos consiguiendo un sueño de unos barbudos románticos seguidos por unos niños próximos ya a la edad de jubilación: hacer un club grande, de amigos de juego y de honor.
“Ser el capitán del club es una gran responsabilidad; mi obligación es velar por los valores del rugby, el sentimiento de nuestro club y la paz y armonía entre los miembros de esta familia”
¿Dónde te gustaría ver al Club en su 75 Aniversario?
Me gusta donde estamos hoy, me gusta el camino que estamos recorriendo, sería bonito vernos en la mayor división (la DHA) jugando de cine, con una escuela de ensueño y abrazados en la amistad y en lo diferentes que somos.
¿Qué supone para ti ser el ‘capitán’ honorífico del Club?
Hasta dónde conozco, Peloco me dijo si quería ocupar la posición de ‘capitán del club’; cuando en las siguientes elecciones Roberto fue elegido presidente, me ratificó en el puesto; prefiero pensar que soy el capitán del club y si algún día se dispone que sea honorífico, será un placer; de momento, para mi ser el capitán del club es una gran responsabilidad, entiendo que es mi obligación velar por los valores del rugby, el sentimiento de nuestro club y la paz y armonía entre los miembros de esta familia. Este puesto representa que el pasado, el presente y el camino hacia el futuro estén tutelados.
El capitán en rugby adopta un rol más importante que en otros deportes ¿Cuáles son las características de un buen capitán?
Entrega, capacidad de sacrificio, dedicación, empatía, liderazgo, humildad, fortaleza, sinceridad, nobleza, honestidad, coherencia, gallardía y capacidad de asumir la soledad.
‘Rollo’, a la izquierda, junto a los dos últimos presidentes del Club: Roberto y ‘Peloco’
Eres un asiduo de los ‘veteranos’ de Indus ¿Qué es un ‘Indosaurio’ para los que no lo saben?
Un Indosaurio es aquel jugador de Industriales al que su edad le lleva a perpetuar los valores del rugby y de nuestro club en la categoría de veteranos, está obligado a dar ejemplo dentro y fuera del campo de lo que es un caballero del rugby con los colores azul y negro.
En una de las giras pudiste disfrutar de la hospitalidad de nuestro club ‘hermano’ en Colombia; ¿puedes explicarnos detalles de esos viajes y cómo es la relación con los ‘indus’ del otro lado del océano?
Tuve la fortuna de poder ir a los primeros viajes a Colombia, fuimos los Indosaurios los encargados de verificar si las condiciones de país y de juego eran las adecuadas. La experiencia de poder compartir el sueño de Roberto y de todos nosotros en esas giras ha sido indescriptible, puede parecer una bobada pero jugar después del himno de nuestro país contra selecciones nacionales o selecciones de departamentos colombianos junto a tus amigos y con tus colores tiene un sabor especial, convivir tanta gente en las casas de los amigos que allí estaban viviendo, conocer un país tan hermoso…. Para nosotros, que creíamos que teníamos un club modesto, el tener una rueda de prensa de presentación del torneo con toda la prensa especializada del país, desayunos en televisión en el canal y programa de mayor audiencia con entrevista cada día a algunos de los chicos y chicas, las fiestas, los asados, los terceros tiempos, los hermanos del otro lado, fue un sueño que pudimos hacer realidad.
Como capitán del Club, ¿cómo explicarías a un joven jugador de Indus lo que supone defender nuestro escudo dentro y fuera del campo?
Cuando comencé a jugar a rugby en nuestro club, era, como corresponde, un soñador. Encontré lo que necesitaba y sin saberlo buscaba, después supe lo que creo supone nuestro escudo: una lucha romántica y altruista, un grupo por el que pelear y en el que sentirme protegido, los valores de un guerrero revolucionario. Ayudar a quien lo necesita, por encima de todo: mi compañero, a su lado, mi familia-grupo-club, respetar al árbitro, al capitán y al entrenador. Llevar siempre la cabeza alta, defender la posibilidad, ofrecerte, estar junto a quien lo necesita, primero el grupo, después el individuo…
CUESTIONARIO AZUL Y NEGRO
Un compañero: Imposible, la lista es inmensa, sobre todo añoro a los que se fueron y nos esperan en el último tercer tiempo.
El rival más duro: Oviedo.
Un campo: El Paraninfo de mis años dorados.
Un partido que recuerdes: Tantos y tantos,… Granada en el primer ascenso del club a DHB, por lo que significó.
Un tercer tiempo: En el Puerto de Santa María con Macario trepando a un balcón a entregar una flor a una señora mientras cantábamos clavelitos.
Una entrevista de Pepe M.C.