El pasado jueves 7 de enero Madrid comenzaba a ver nieve y nuestro pueblo no iba a ser distinto, el viernes 8 a medio día las calles de Las Rozas empezaban a verse blancas y ya se vaticinaba que iba a ser un fin de semana blanco para todo nuestro municipio y nuestra comunidad.
Las predicciones no fallaron y el sábado por la mañana encontramos nuestras calles, nuestras casas y también, nuestra casa segunda casa, El Cantizal, cubiertos por centímetros de nieve que hacían augurar que tardaríamos un poco más en volver al rugby después de las vacaciones. Aplazamos partidos y aplazamos entrenamientos, era, imposible, volver a entrenar en El Cantizal.
El tiempo siguió sin acompañarnos y las bajas temperaturas y la ausencia de lluvia hacían que El Cantizal siguiera cubierto por una gran capa de nieve.
Las Rozas, como todos los municipios de la Comunidad de Madrid estaban colapsados, la prioridad era la movilidad de todos y el acceso a farmacias y centros de salud. Nuestro Ayuntamiento limpiaba las calles contra reloj pero quedaban las instalaciones deportivas.
Después de pasar la semana sin entrenamientos un grupo de padres de nuestra escuela, de jugadores de nuestro senior, de entrenadores de todas nuestras categorías y de socios de nuestro Club ofrecieron a la junta que, si se formaba un grupo de voluntarios se podría ir a ayudar, poco a poco, a quitar la nieve. Desde Black Demons, nuestros compañeros de campo, se les ocurrió la misma idea. El viernes se mandaba un comunicado a todas las categorías “Mañana a las 11h todo aquel que quiera, y pueda, con una pala y muchas ganas, se va a organizar un grupo de voluntarios para ir quitando la nieve del campo y poder volver a los entrenamientos”.
Sorprendente acogida de todos nuestros socios, amigos y jugadores. Desde los más pequeños a nuestros veteranos pasando por socios y amigos se acercaron con palas, carretillas y un montón de ganas para despejar el campo y que todos pudiéramos volver a disfrutar de lo nuestro, el rugby, en nuestra casa, El Cantizal. Tanto fue las ganas que se puso que el domingo, los propios voluntarios, volvieron a quedar para terminar el trabajo.
Algunos, los más veteranos de nuestro Club, lo recordaban como, cuando hace muchos años, se plantó el Abajón, y decían a los más jóvenes que nuestra casa hay que cuidarla. Lección aprendida y puesta en práctica, para muestra la reanudación de los entrenamiento, el mismo lunes, de todas nuestras categorías.
Desde el Club, solo podemos decir:
GRACIAS, MUCHAS GRACIAS A TODOS LOS VOLUNTARIOS
El equipo senior A, que se encontraba viajando a Almería, mandó un mensaje de agradecimiento a todos los voluntarios
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